Título: Las chicas de Canterbury
Autor: Kim Wright
Editorial: Umbriel
Páginas: 256
Buenos días algodoneros!
No podía empezar la reseña de "Las chicas de Canterbury" de otra manera que no fuera haciendo mención a su portada, no podeis decir que no es preciosa. Ya se que este año una de mis metas es la de no dejarme llevar por portadas tan bonitas como esta pero a veces es inevitable, y graicas a ello he podido descubrir las historias de nueve mujeres que me han llegado al corazón.
Nuestra protagonista en Che de Milán ( sí, lo sé, un nombre un poco raro pero ella misma os explicará el porqué de su nombre) una chica de mediana edad que no está pasando por el mejor momento de su vida lo que le hace dar un giro de 360º a sus decisiones y embarcarse en una peregrinación a Canterbury para cumplir el último deseo de su madre.
En este recorrido conocerá a otras 8 mujeres, de lo más dispares, con las que compartirá mucho más que el camino. Las vivencias de cada una de ellas llenarán todos los pasos de su recorrido hasta Canterbury de pizcas de humanidad y de lecciones de vida, tantas veces enmascaradas por una leyenda o un antiguo cuento, pero que bajo todo ello esconden la verdad de sus vidas. Si tuviera que elegir alguna de las historias creo que no podría porque cada una me ha llegado de manera muy distinta, lo que si podría s decir la que menos me ha gustado que es la de Becca. Esto puede deberse a que es la integrante más jovén del grupo, unos 17 años aproximadamente y que viaja con su madre Jean. Aunque he reconocido que la historia de Becca me ha resultado la más floja, su historia familiar contada con Jean y descubierta por Becca me ha parecido maravillosa, por lo cual todo tiene sus pro y contro en este libro.
No quisiera daros demasiado información de la historia ni descubriros al resto de las peregrinas ya que cada una de ellas con su diferente personalidad son dignas de ser descubiertas poco a poco y página a página por el lector. A pesar de que la protagonista sea Che y todo el peso de la narración recaiga sobre ella para mi todas las chicas de Canterbury ha sido igual de importantes.
En cuando a la pluma de la autora me ha parecido fantástica, la manera en la que ha sabido entrelazar las historias de todas las peregrinas ha sido de un gusto magnífico. Tengo que reconocer que no es un libro ágil de leer, a pesar de no tener un número elevado de páginas es dificil leerlo con rapidez ya que el peso de las historias que en él se nos narran recaen en el lector reletizando de alguna manera el ritmo.
Es una historia sencilla, pero que atrapa al lector y lo hace recorrer a través de las páginas de este libro el largo camino hacia Canterbury como un peregrino más de la Edad Media.
Muchas gracias a la editorial por el envío*
Che de Milan no pasa por su mejor momento. Tres días después del funeral de su madre, recibe la urna con las cenizas y una nota adjunta recordándole una promesa que tenía medio olvidada: Conforme a nuestro acuerdo, ahora debes llevarme a Canterbury.
En un principio desecha la idea. Al fin y al cabo, era solo una de las ideas excéntricas de su madre… Pero tras recibir una segunda carta de su novio, en la que la abandona por otra, toma la decisión definitiva: se marcha a Canterbury.
De mala gana, se une a ocho desconocidas en un viaje de casi cien kilómetros entre Londres y el santuario de Thomas Becket en la catedral de Canterbury, conocido por sus milagros.
Che, que es una adicta al trabajo, se verá obligada a aflojar el ritmo, a dejarse llevar y a tomar conciencia del mundo que la rodea. Las peregrinas van narrando historias por el camino a la manera de Chaucer, rivalizando por ver quién consigue plasmar con más acierto la verdadera esencia del amor. A medida que estrecha lazos con sus compañeras (y, lo que es más importante, consigo misma), Che irá descubriendo las difíciles y sorprendentes enseñanzas que nos depara el camino acerca de la vida y la muerte, el amor, el desamor y las virtudes de la imperfección.
PUNTUACIÓN
4/5