Marc Levy nos cuenta una "peculiar" historia de un niño sin nombre que descubre una de las cosas más maravillosas e inimaginables que le podrían pasar a un niño, puede hablar con las sombras. En la pequeña buhardilla de su cara descubrirá mil y un recuerdos guiado por una sombra lo marcará toda su infancia y parte de su edad adulta.
Con él, podremos ir madurando, y enfrentarnos a los miedos y a los problemas de la madurez. Dejando atrás las preocupaciones de las sombras de la infancia para encontrarnos ya con un protagonista universitario, que vive alejado de su madre, pero a la que tiene en mente constantemente.
Todos los personajes de esta historia son carismáticos y enternecedores, desde los marcados vínculos de amistad de Luc, a los mil y un sentimientos de amor con Clea e Yves. Todos ellos todados de pequeños detalles que nos transportan a un mundo en el que no hacen falta palabras para expresar los sentimientos. Esto es una de las cosas que más me ha emocionado del libro, como un personaje como Clea podía expresar tanto con tan poco, y como una simple cometa podría mantener un vínculo durante tanto tiempo.
Es una historia de idas y venidas entre recuerdos del pasado y sueños del futuro que no dejan de cautivarte hasta el último momento.
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